Hay personas que nos inspiran, su presencia nos abre la mirada a otra forma de ver, su ejemplo nos da la esperanza de que el cambio positivo es posible, y nos da fuerza para no tirar la toalla.
Son fuente de inspiración que despiertan nuestra creatividad para ser quien realmente somos, atrevernos a decir, hablar y actuar, dejamos de ser víctimas de nuestras circunstancias y pasamos a ser responsables y creadores de nuestra realidad. Para conseguirlo necesitamos visión, compromiso e inspiración, especialmente ahora que estamos presenciando el desmoronamiento de este corrupto sistema. Las estructuras económicas basadas en la codicia y el miedo, ya no funcionan.
Necesitamos poner fin al consumo desorbitado, al individualismo irrespetuoso el uno con el otro y con el medio ambiente. Tenemos frente a nosotros la oportunidad de reinventar la manera de vivir nuestras vidas siendo actores que inciden activamente en crear una realidad mejor, con inspiración, ya que sin ella, una ejecución pierde el impulso necesario para ser efectiva, con atrevimiento, para superar el miedo que nos impide aceptar y asumir la responsabilidad del cambio.
Sin entendimiento no habrá confianza, sin asumir riesgos nada cambiará, necesitamos confianza, creatividad, y coraje. Ir hacia el interior, saber reflexionar y meditar. Dejar de buscar culpables por fuera (que los hay).
La innovación exige estar dispuesto a pensar de forma alternativa. Conlleva un enfoque diferente para tener la habilidad suficiente para vislumbrar posibilidades radicales, y la disposición para ir más allá de los límites o problemas. Los grandes valores fundamentales no dependen de nuestros privilegios posesiones roles o propiedades, sino que dependerán de nuestra inteligencia, de nuestra conciencia, y de ser coherentes e íntegros para actuar alineados con lo que pensamos y decimos.
Debemos aprender a soltar, a no agarrar, y a dejar fluir, eso es vivir sin resistencia, siendo creadores de cambios constructivos que provocan mejoras.
Para tener esta capacidad de respuesta creativa y positiva, es necesario equilibrar acción con introversión, silencio reflexión y meditación. Así iniciamos el cambio del autoliderazgo. No podemos ejercer un verdadero liderazgo sobre los demás si no somos capaces de liderar nuestra propia mente, emociones, y mundo interior. Una mente al servicio del descontrol, no puede servir más que para la destrucción. Para que el barco llegue a su destino, el agua debe permanecer fuera del barco.
Para que nuestras mentes puedan servir, la atmósfera contaminante del mundo que nos rodea, debe permanecer fuera de nuestras mentes. Que las altas vibraciones de una mente positiva y limpia, influyan en nuestro entorno, fortaleciendo así a todo lo que vive en el Mundo. Para tener una mente capaz de sanar al Mundo, primero tenemos que sanarnos a nosotros mismos, cultivando poderes sanadores como la esperanza, la armonía, la compasión, el compromiso, el perdón, la tolerancia, y el respeto.
Luis Brasa
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